Me di cuenta que muchas personas que sufren buscan consuelo en alguien para descargarse o pedir ayuda. De alguna manera o otra las personas que me conocen me terminan contando toda su historia, al principio creí que era algo tonto o sin valor pero después me di cuenta que si puedo causar algún tipo de influencia o ayuda lo debería hacer. Si esas personas recurren a mi por consuelo, yo debo estar espiritualmente preparada para que por el espíritu santo mis palabras puedan ser las correctas para aliviar sus penas
Muchos de los problemas que escuche hicieron que recuerde mi propia historia, cosas feas que me pasaron en las cuales ya ni pensaba porque aprendí a ver el lado bueno de la prueba. Si bien la mayoría son dolorosas, dejan de serlo cuando te das cuenta de todas las bendiciones que tenemos, todas las cosas que de ahora en mas debemos valorar y disfrutar. En algún momento iba a recordar esas cosas y yo tenia dos caminos. Llorar y sentirme miserable o compartir el como eso me ayudo a superarme y a valorar o a testificar de la doctrina de Dios y su plan de salvación, tanto como la obra vicaria y el sellamiento.
Nada me hace mas feliz que compartir el evangelio, en este caso muchas de las personas que sufrieron eran miembro, pero olvidaron todas las promesas de nuestro padre celestial, o olvidaron que vinimos a ser probados o que el valor de nuestras almas es grande a la vista de Dios o simplemente que somos sus hijos y que el siempre va estar con nosotros.
Muchas de las cosas que sucedieron a lo largo de mi corta vida tanto experiencias buenas como malas me sirvieron para testificar de Jesucristo y su amor por nosotros. Es increíble como el evangelio me ayudo a cambiar mi corazón. Se que si no tuviera el evangelio en mi vida, todas las cosas que pase las hubiese sufrido demasiado al no encontrar el consuelo que da el espíritu santo.
Al brindar consuelo uno no solo busca que la persona que sufría se calme o que este bien sino que uno también trata que sean mas fuertes, que a partir de esto cambien sus corazones y sean realmente felices, que su felicidad no sea momentaria sino eterna.
Los invito a orar para hallar a esas personas que no la están pasando bien y darles consuelo, lo importante es NO juzgar y amar a todos, vivamos el evangelio.
Quiero a mi hermano dar,
sinceramente y con bondad,
el consuelo que el añora
y aliviar su soledad.
quiero amarte, salvador, y
por tu senda caminar,
recibir de ti la fuerza,
para a otro levantar.
quiero amarte, salvador
señor, yo te seguiré.
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