lunes, 12 de enero de 2015

3 años

Faltan dos semanas para mi ultimo campamento, es increíble mirar hacia atrás y ver que todo este camino empezó en Pilar hace 3 años.
Las actividades del EFY, el relacionarme con jóvenes que vivían el evangelio con un testimonio en su corazón, vivir de acuerdo con las normas de "para la fortaleza de la juventud", la lectura diaria de las escrituras y orar diariamente hizo que yo fuera capaz de sentir el espíritu santo y recibir la respuesta que necesitaba.
En el campamento no solo supe que la Iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días es la misma que formo Jesucristo cuando estuvo en la Tierra, sino que también sentí en mi corazón el deseo de compartir esto que trajo tanto gozo a mi vida al servir una misión de tiempo completo. Y así llevar consuelo, paz, tranquilidad y gozo que es el evangelio de Jesucristo a las vidas de las personas que no lo tienen.
Se que podemos recibir una respuesta de Nuestro Padre Celestial si realmente pedimos una en oración, porque yo la recibí al igual que cada persona con un testimonio. En ese momento mi testimonio era pequeño pero muy fuerte y lo que me llevo a fortalecerme y seguir aprendiendo fue y es ser diligente, siempre hay algo que aprender y perfeccionar, cuando estemos flojos espiritualmente siempre podemos recurrir a las escrituras, podemos escribir en nuestro diario personal todas las bendiciones que recibimos ese día de nuestro padre celestial al cabo de sentir gratitud, podemos arrodillarnos y orar, porque Dios nunca nos abandona, somos nosotros los que nos alejamos cuando andamos por un camino errado. Y aun así cuando nos equivocamos Él nos perdona si estamos realmente arrepentidos porque nos ama.

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